Los cuatro votos

ESTOS SON NUESTROS VOTOS:
1.-NO RETROCEDER NUNCA EN EL CAMINO NS. 2.-SER SIEMPRE DE UTILIDAD AL IDEAL. 3.-CUMPLIR CON LOS DEBERES RACIALES. 4.-DESPERTAR EL ESPÍRITU DE LA GRAN VOLUNTAD Y SERVIR A LOS DEMÁS
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martes, 31 de mayo de 2011

Libro de los Cinco Anillos: Libro del Agua



El Libro de los Cinco Anillos escrito por Miyamoto Mushashi, en el siglo XVII en el Japón feudal, es un libro imprescindible para aquellos que quieran seguir la Vía de la Acción. El autor nombrado fué el mayor samurai de todos los tiempos y el primer ronin (samurai que servía a unos ideales y principios y no a un señor feudal) del cual hablaremos en detalle más adelante. Ahora, sin embargo, escribiré una parte del Libro del Agua (los cinco anillos hacen referencia a cinco libros o partes diferenciadas) en el que principalmente trata de tecnicas y actitudes frente al combate. Para aquellos que quieran tomarse esto en serio y llevarlo a la práctica hay que tener en cuenta las adevertencias del propio autor:
"Es necesario que se reflexione detenidamente sobre cada concepto, cada palabra expresada en este libro, pues una tosca comprensión puede llevar en muchos casos a apartarse del verdadero camino. (..) No basta con leer este libro para alcanzar el dominio del arte del combate. Es necesario adaptar a uno mismo lo que en este libro se lea, sin pensar que se está leyendo, sin pensar que se está aprendiendo y sin tomarlo como modelo a imitar. (..) Se ha de trabajar mucho el ingenio"


SOBRE EL ESTADO ESPIRITUAL EN EL ARTE DEL COMBATE

En el camino del arte del combate, el espíritu no ha de diferenciarse del habitual de la vida cotidiana. Tanto a diario como en los momentos del combate, el espíritu debe permanecer el mismo, inalterable. Ha de ser un espíritu amplio y recto, sin demasiada tirantez, pero tampoco relajado. Situado siempre en el centro para que no se incline ni para un lado ni para otro, se ha de dejar que oscile silenciosamente, sin dejar que esa oscilación cese siquiera entre los instantes ínfimos de cada oscilación. Esto se debe indagar a fondo.
Aunque el cuerpo esté tranquilo y sin movimiento, el espíritu no ha de permanecer quieto. Aunque el cuerpo este en movimiento rápido, el espíritu no ha de moverse con rapidez. Ni el espíritu debe dejarse llevar por el estado del cuerpo, ni el cuerpo por el estado del espíritu. Se debe prestar atención al espíritu pero no al cuerpo; que nada le falte al espíritu ni le sobre nada tampoco. Aunque en la superficie sea débil, el espíritu ha de ser fuerte en su fondo. El espíritu no ha de ser traslúcido a los enemigos.
Los que tengan un cuerpo pequeño han de conocer a fondo lo grande que puede ser el espíritu, y los que lo tengan grande, lo pequeño que puede ser aquel.*(El autor quiere decir que aquéllos de talla pequeña han de tener valentía y agrandar su espíritu, mientras que los corpulentos deben ser cautos y prestar atención a los pequeños detalles.)
Tanto los que tengan un gran cuerpo como los que lo tengan pequeño han de enderezar su espíritu. Es importante tener un espíritu que no se consienta a sí mismo.*(autodisciplina y voluntad). Es esencial tener un espíritu de esta suerte.
Sin enturbiar el interior del espíritu, éste ha de ser amplio y en esa extensión ha de colocarse la inteligencia.*(Actuar con inteligencia sin dejar de ser valiente). Es importante pulir tanto el espíritu como la inteligencia.
-(Hay que hacer una aclaración al respecto. Con espíritu el autor quiere decir estado de ánimo, y con inteligencia la facultad de saber y pensar.)-
Cuando se pule la inteligencia, se discierne entre lo correcto y lo incorrecto, se conoce lo bueno y lo malo de las cosas, se experimentan los distintos caminos de las diversas artes y ya nadie consigue engañarnos. Y así se llega al momento en el que la inteligencia se convierte por primera vez en la sabiduría del arte del combate.
Existe algo especialmente diferente en la sabiduría del arte del combate. Incluso en momentos agitados como en los campos de batalla, se ha de llegar a la verdad ultima del principio del arte del combate y conservar un espíritu inmutable. Esto se ha de indagar a fondo.



SOBRE LA POSICIÓN DEL CUERPO EN EL ARTE DEL COMBATE

En cuanto a la postura del cuerpo, ésta ha de ser la siguiente:
la cabeza no ha de estar ni hacia abjo ni hacia arriba, ni inclinada ni torcida*(El autor hace referencia al combate con tachi entre samurais) ni arrugarse la frente o el entrecejo; el globo ocular ha de permanecer inmóvil, sin parpadear, los ojos ligeramente entornados en una expresión de serenidad, con la línea de la nariz recta y con una ligera sensación de sacar el mentón hacia fuera. La líena posterior del cuello ha de estar recta, concentrando la fuerza en la nuca, sintiendo que por debajo de los hombros hay un solo cuerpo. Con los hombros relajados hacia abajo, la columna ha de permanecer recta, sin sacar el trasero y concentrando la fuerza desde las rodillas a la punta de los pies, tirando del abdomen para no encorvar la cadera. Apoyando el vientre en la funda del wakizashi, para que el obi (cinturón) no se afloje, tal como enseña la expresión "ajustar la cuña".
Resumiendo, se ha de convertir la postura habitual en la postura del combate, y se ha de tener la postura del combate como postura habitual. Todo esto se ha de examinar bien.


SOBRE LA MIRADA EN EL ARTE DEL COMBATE

La mirada ha de ser grande y abarcar una gran extensión.existen dos formas de mirar, llamadas kan (desenfocar la mirada para captar lo general) y ken (fijar la mirada en algo concreto). La mirada con el ojo kan ha de ser fuerte; la mirada ken, débil. Lo lejano se ha de ver cerca y lo cercano de forma lejana. Esto es esencial en el arte del combate.
Algo sumamente importante en el arte del combate es conocer el movimiento del tachi enemigo, pero sin mirarlo ni un momento.*(ver los movimientos generales del enemigo sin focalizar la mirada en ellos directamente). Esto se ha de ejercitar mucho.
esta mirada es aplicable al arte del combate tanto en batallas entre pocos adversarios como en batallas entre granes grupos.
Es muy importante mirar hacia ambos lados sin mover el globo ocular.
Este tipo de técnica no puede ser adquirida de golpe en situaciones críticas. Se debe aprender bien lo que digo en este libro y practicar a diario, teniendo siempre esta mirada, sin cambiarla nunca, pase lo que pase.

A lo lejos tu tierra...

lunes, 30 de mayo de 2011

De Águilas y palomas


Hace unos días que he escrito este pequeño artículo para dar cuerpo a una reflexión crítica fruto del desagrado hacía un comportamiento afeminado más de esta sociedad. También me sirve como ensayo del primer artículo del blog. No doy más rodeos, ahí va:

El águila ha sido siempre el símbolo de Europa, el símbolo de nuestros antepasados y su gloria.
Un ave fuerte, inteligente, poderoso, orgulloso, majestuoso. Los antiguos, y los no tan antiguos, asi lo entendieron y lo tomaron como su símbolo. Representó a Zeus y su poder volando por encima de las nubes y controlando el destino de los hombres. El icono de grandes y gloriosas civilizaciones....
Pero aquí llega lo trágico. Hoy en día vivimos en la "cultura de la paz".(expresión tan hipócrita como todo lo que se pregona hoy en día. Véase Obama, Premio Novel de la paz ni mas ni menos. Los hechos hablan por sí solos.) Como alguíen dijo antes: "Es más difícil soportar la mejor de las paces que la peor de las guerras". y así lo atestigua la situación presente en la que vivímos. Nuestra sociedad aborrecida de tanta paz sin ideal ni destino está convirtiendo nuestro pueblo en un pueblo débil de gente sin valores, sin fuerza (espiritual. En cuanto a lo físico sobran "fuertes" o ciclados.) sin voluntad, enclenques afeminados y degenerados. Barbaros sin cultura o sabios-imbéciles (me refiero a aquellos que conocen muy bien su campo técnico pero en el resto no se diferencian de los demas). Tenemos un gran abánico donde elegír. Como no podía ser de otra manera, estos seres despreciables que son capaces de venderse a cualquier precio como baratas meretrices con tal de conservar su pellejo intacto y que no luchan por nada que consideren superior a su propia existencia, toman como símbolo a un ser enfermo y débil como ellos mismos. Me refiero a no otro asqueroso animal como la paloma de la paz. Un ave totalmente antagónico a nuestro majestuoso águila. Un ave parásita y transportador de enfermedades, estúpida, pequeña y enclenque.
Por todo ello hay que llamar de nuevo al águila imperial y devolverlo al lugar que le corresponde por derecho.
¡Salve et Victoria!

Quiero agradecer a mi camarada de Resistencia Astur el haberme brindado la oportunidad de publicar el artículo en su blog. Esto me ha hecho considerar la idea de crear un espacio para dar cabida a este tipo de artículos. Como es un blog recien creado, poco a poco ira mejorando en forma y contenido con un poco de paciencia tanto de un servidor como de los lectores. Muchas gracias a todos.