Los cuatro votos

ESTOS SON NUESTROS VOTOS:
1.-NO RETROCEDER NUNCA EN EL CAMINO NS. 2.-SER SIEMPRE DE UTILIDAD AL IDEAL. 3.-CUMPLIR CON LOS DEBERES RACIALES. 4.-DESPERTAR EL ESPÍRITU DE LA GRAN VOLUNTAD Y SERVIR A LOS DEMÁS
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miércoles, 1 de junio de 2011

Forjando al Hombre..

El siguiente texto pertenece a un libro que me gusta mucho y creo necesario subirlo ya que va en el mismo sentido del blog. Es de Orden y Disciplina en la Europa Viril de Oscar Panadero. Sin embargo el fragmento en concreto que voy a copiar pertenece a su vez a el Breviario político nacionalsocialista.


CORAJE Y VIRILIDAD

-"No todo día puede resplandecer la luz del sol..." dice la canción de los prusianos. "No todo día enlaza rosas alrededor de la frente."
Tampoco debería ser así, porque "nada es más difícil de soportar que una serie de días buenos".
Es que entonces uno se acostumbra tanto a ellos que ya no impresionan como felices.
La costumbre embota. Cuán bueno es que en el cielo a veces se cubre y esconde el Sol.
Cuando después de largos oscuros días de lluvia vuelve a irrumpir, ¿no resplandece mucho más claro y radiante? ¡Camarada SA! No te dejes amargar la vida por preocupaciones, desilusiones y penurias. Un verdadero SA siempre mantiene la cabeza en alto.
Y si alguna vez te golpea con especial dureza, aprieta los puños, pon tenso tu cuerpo y deja que dos palabras te den nuevo ánimo: ¡Yo quiero!
Dejar caer la cabeza, estar acongojado sentirse mortificado en toda ocasión como una vieja solterona aquien en la vejez se le da un año de más, esto no es propio de un Hombre SA, lo deshonra a él y al espíritu de la tropa. ¡Un corazón auténtico no puede ser aniquilado!
No dejarse dominar por las cosas, sino tomar las riendas y enseñorearse de los acontecimientos, este es el arte de vivir.
Y si te ha sido dada una tarea que te resulta difícil, atácala valientemente con fresca temeridad, virílmente. La indecisión, la tibieza y la mediocridad no corresponden al modo de ser del hombre ario.
de cobardes pensamientos la vacilación temerosa, mujeríl timidez, miedoso lamento, no cambian la miseria, no te liberan. A despecho de todos los poderes mantenerse, nunca inclinarse, mostrarse fuerte, llama los brazos de los dioses.
¿Rehúyes la responsabilidad?. Entonces no eres Hombre SA. El Hombre SA responde siempre de su proceder. ¿temes hacer algo mal?
Es mejor hacier de cualquier manera algo, aún con peligro de hacerlo mal, que no emprender sí tu acción luego, resulta haber sido desacertada, puedes aprender de ella y sacarle provecho
Con coraje y virilidad el Hombre SA se confiesa siempre por el Führer y por la Idea.
Y si cañones de fusiles se dirigen amenazantes contra él, si le esperan torturas y la muerte, sus ojos consagrados a la muerte resplandecen en heroica disposición, y su corazón posee el saber de la inmortalidad de su espíritu.
Camarada: ¡sé un hombre íntegro y como tal transita por la vida!


COBARDÍA Y ESPÍRITU DE DEFENSA

Pacifismo significa hacer la paz a cualquier precio. Aunque sea una paz del oprobio y del deshonor, una paz que es peor en sus consecuencias que la peor de las guerras. ¡Paz, solo paz!.
Pacifismo es cobardía por principio.
¡Nunca más defensa! así escribieron y gimieron, rompieron defensas y armas en ruín sumisión.
¡Nunca más guerra! fue la consigna cuando sacaron de los libros de lectura de los níños todas las canciones que recordaban a la patria, la libertad y la lucha. ¡Nunca más guerra! esto es lo mismo que si se gritase broncamente: ¡Nunca más tempestad! ¡nunca más tormenta! ¡nunca más huracán!. Por graves que puedan ser los daños que causan estos poderes de la naturaleza y por profundas las heridas que cause la guerra, será inevitable mientras los hombres habiten sobre esta Tierra y no cohortes de ángeles que agitan palmas.
El pacifismo es una miserable traición a la Patria. Entrega a un pueblo la soga del suicidio para evitar la muerte. No le importa que como sucedío en Alemania miles y miles sucumban bajo los efectos de una paz que es violencia, que millones de seres humanos llenen las calles como desocupados.
Esencial es para él solamente: ¡hay paz! ¡y eso que una paz puede ser peor que la peor guerra! Todo ser se defiende contra su verdugo, se defiende contra la muerte.
¿El hombre solamente no ha de defenderse cuando se le hace sufrir una injusticia, cuando extraños lo violentan? ¿por la santa paz ha de decir sí y amén a todo tormento y apremio?. Es que así se salva al pacifismo, ese engendro repugnante de cerebros anormales y enfermizos.
El que no se defiende y lucha, sucumbe a en este mundo de las duras realidades, y tampoco merece mejor suerte, porque no se prestaría ningún servicio a la humanidad si se procrean seres débiles y criaturas cobardes.
"nada de lo que es grande en este mundo, así dice el Führer, ha sido regalado al hombre, todo debe ser amargamente conquistado por la lucha".
Inexorablemente el destino pasa por encima del que no sabe luchar.
Así como en la existencia individual, así tambien en la vida del pueblo. Los pueblos que se enervaron, que confiaron en la bonda y la amistad de sus notorios enemigos y rindieron homenaje a la idea de la paz a cualquier precio, fueron aniquilados. Tampoco merecieron otro destino, porque ya no aportabam de ese modo ningún progreso a la humanidad.
está cñaro como el Sol, que un pueblo débil que vive en la molicie sencillamente provoca al adversario fuerte. Si llamado al amor por la humanidad se ahoga en el grito de triunfo del vencedor.

[...]

Disposición para la defensa no significa clamor de guerra, no tiene nada que ver con ansias de conquista. La disposición para la defensa es de naturaleza pacífica, pero hace que un pueblo bajo las armas acuda a las fronteras cuando sus enemigos lo amenazan. Un viejo proverbio dice: "¡Si quieres paz, preparate para la guerra!" Esto no significa otra cosa que estar siempre alerta.

[...]

Si cumples modesta y calladamente tu deber, si eres para tus camaradas un buen camarada, para tus conductores un soldado obediente y para tus subordinados un auténtico superior, entonces das un ejemplo de militarismo que segurá viviendo y actuando aunque tú ya no estuvieres.
En la hora del peligro, empero, cuando no veas ya a los camaradas y no oigas ya la voz de tus conductores, entonces confía en ti mismo, en tu alma y en tu formación.
Confía en la dura escuela de la disciplina militar que has cursado y que tú mismo te has impuesto. Confía en el rendimiento seguro de la máquina que obedece tu voluntad y que hacer latir alborozado tu corazón
 con el canto de los motores y el tableteo del retumbar de fusiles y cañones.
Una cosa, empero, no olvides nunca: no sirve el soldado que en la hora del peligro sólo piensa en su seguridad personal y que confía más en cualquier absurdo medio supersticioso que en su coraje varoníl, en su arma y en su suerte. Aunque en el momento pueda parecer indiferente con que medios resistes y superas al canalla interior.

[...]

Pero si alguna vez tienes un momento de debilidad, si te asalta el terror ante toda la penuria y todo el horror que observas alrededor tuyo, no deshonres tu lucha honesta envileciéndote.
Porque el haber luchado con el miedo y la debilidad ha vuelto más firme tu coraje y más duro tu puño. Y si alguna vez te ha acometido la debilidad, entonces, te espera la oportunidad para compensarla con un acto positivo.
Tales instantes pueden ser los más solitarios e imperecederos de tu vida, y tambien los mas hondos de la camaradería de hombre a hombre y de Führer a hombre.
Pero no te desahucies a ti mismo desesperando de ti mismo y perdiéndote en pensamientos e imágenes que desvirtúan nuestra realidad combativa, en un estado de pecaminosidad y desamparo humano generales y que engañosamente te muestran surgiendo de allí una salvación por intermediación mágica o por penitencia mecánica.
La posibilidad de que puedas desfallecer de ninguna manera necesita volverte descorazonado y temeroso o aún seducirte a tener la peligrosa opinión e que eres inepto para la afirmación de la vida. ¡Decisivo es únicamente que superes nuevamente en el momento justo al canalla interior!
La fuerza para ello te la da tu valerosa autoconfianza, la inconmovible certeza de la camaradería y, sobre todo, el pensamiento en el Pueblo, en el Reich y en el Führer.

La bandera en alto

La bandera en alto, las tropas firmes y en formación.
Las SA marchan con paso firme y decidido
los camaradas tiroteados por el Frente Rojo y Reacción
su espíritu marcha con nosotros en las filas.

Las calles libres para los batallones pardos
las calles libres para los hombres de las SA.
Millones, llenos de esperanza, miran la Esvástica;
El día amanece para el pan y para la libertad.

Por última vez se hará la llamada;
Por la lucha para la que estamos listos.
Pronto las banderas de Hitler ondearán en cada calle.
La esclavitud solo durará un poco más.

La bandera en alto, las tropas en formación.
Las Sa marchan con paso firme y decidido
los camaradas tiroteados por el Frente Rojo y Reacción
su espíritu marcha con nosotros en las filas.

Horst Wessel

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